3.9.15

Mis románticas escapadas a comprar cigarros.

Una de las pocas cosas que me gustan más que la noche es deambular por las calles solo y de noche. Independientemente de si esto es una mala idea o no, la idea principal es que recuerdo perfectamente cuando descubrí que me gustaba esta practica.

Allá por el 2010-2011 me encontraba, muy de madrugada, platicando con esta chica a la que desesperadamente quería conquistar por medio del ahora extinto msn messenger y me sentía un poco frustrado porque no estaba logrando del todo el cometido. Ella ya se había dado cuenta de que detrás de la capa de duro y despreocupado yo era, más bien, un gatito bebé, tierno, suave, esponjoso y blandengue. Y yo de verdad quería cambiar esa imagen.

Llegué a la conclusión de que si lograba parecer rudo, peligroso, misterioso y despreocupado lograría que se olvidara por completo de lo que hasta ese momento sabía de mi y en su lugar tendría la imagen de este super masculino e interesante sujeto al que no le preocupa el peligro.

Una de mis viejas tácticas para darme un pequeño tiempo fuera y tener más tiempo para pensar en respuestas interesantes o graciosas era decirle que quería fumar y que ya me había acabado mis cigarrillos por lo que debía ir a comprar más al oxxo de la esquina. Recuerdo que la mitad del tiempo lo que terminaba comprando no eran cigarros, por que en ese entonces no me gustaba tanto fumar, y en su lugar compraba cosas como donitas bimbo o bigotes tía rosa pero tenía la impresión de que fumar era cool y que era más probable gustarle si creía que fumaba como chimenea.

Como sea. Fue en una de estas excursiones, en la que por cierto si compré cigarros, en las que de repente se me ocurrió la idea de tardarme más de lo normal para poder regresar y contarle una historia inventada de la asombrosa pequeña pero peligrosa aventura que tuve de regreso de comprar mis cigarrillos.

Deambule por varias calles circundantes a la casa en la que estaba viviendo en ese entonces pensando en una historia interesante que contarle.

  • ¿Ladrones que intentaron asaltarme y corrí? Naaah. Muy común. Además, el hecho de que haya corrido de los ladrones no iba a ayudar a mi historia de masculinidad y por otro lado no creí que creyera si le decía que me enfrente a los ladrones y viví para contarlo.
  • Entonces ¿Algún crimen misterioso que intenté resolver? Pffft... Todos sabemos que Puebla, y en especial esta zona de la ciudad, es mortalmente aburrida en esta época del año.
  • ¿Tal vez una historia paranormal entonces? No, yo nunca he creído en esas cosas y me dije a mí mismo: "Si vas a mentir para conquistar al menos ten principios" (lo que sea que eso signifique).

Al final decidí contarle una ridícula historia de como en el lado paterno de mi familia todos los barones tenemos esta aparentemente biológica y hereditaria necesidad compulsiva de ponernos a nosotros mismo en peligro cuando estamos solos. Y que esta misma, aunada a mi amor por la noche y todo sus referentes, me hicieron buscar por las calles un ladrón para asaltarme que nunca llegó.

Muy emocionado llegué a contarle la historia de mi misteriosa, peligrosa e interesante línea sanguínea, pero conforme empezaba a escribir las palabras me di cuenta de lo estúpido que sonaba. Al final de mi relato, para mi sorpresa, ella se había tragado la historia pero no le pareció en lo absoluto atractiva. En vez de eso me regaño por ser tan inmaduro y desconsiderado con las persona que me amaban.

Me sentí tan tonto y avergonzado con ella que no se me ocurrió otra cosa que ir a comprar cigarros.

2.9.15

Estoy lleno de malas ideas

Últimamente ha estado lloviendo mucho en la ciudad.

Generalmente me gusta salir y mojarme un poco para poder volver a la seguridad y tibieza de mi recamara y ver por la ventana la lluvia de la que acabo de salir y sentirme un poco más seguro de mi mismo. De alguna manera, para mi, eso tiene todo el sentido del mundo.

En esta ocasión en particular, sin embargo, las cosas pasaron un poco diferente.
Había estado sintiéndome un poco confundido respecto a mis sentimientos por cierta persona y creí que salir a sentir la lluvia y que se sintiese cómo sé que se siente la lluvia sería reconfortante.

Me imagine que al salir a la lluvia y quedarme ahí por el suficiente tiempo, me diría a mi mismo algo como: "Sip, esto es lluvia. Así se debe sentir la lluvia, fría y húmeda. Así es como se debe sentir la lluvia y así es como estoy sintiendo la lluvia. Eso solo puede significar que sigo funcionando bien después de todo". Después regresaría adentro con una noción un poco más clara de lo que se supone que quiero hacer con mi vida y sabría exactamente que hacer: "¡Ahora todo tiene sentido! ¡Claro! Si la bolsa sube vendo y si la bolsa baja cobro dividendos." Todo narrado con la voz de Levni Yilmaz.

Por alguna extraña razón eso no fue en absoluto lo que pasó y en vez de eso me encontré a mi mismo tiritando de frío como una paleta humana de hielo, parado en medio de mi patio con la ropa pegada al cuerpo y sintiéndome como un completo imbécil. Decidí volver a entrar para secarme y cambiarme la ropa cuando una de esas pequeñas, incorpóreas pero más inteligentes voces en mi cabeza me dijo: "Eso si que fue una mala idea". Respondí: "Yeah? Stick around, I'm full of those", recordando un poco a Isaac Clarke.

Me quité los zapatos, me puse unas sandalias, busque una de esas sudaderas viejas que ya uso poco para ponérmelas y regresé a la lluvia.
No sé si en algo tenga que ver pero juro que los bebés no duermen tan bien como yo dormí aquella noche.

13.7.14

Estoy ebrio.

La noche, dependiendo de que tipo de persona eres, puede llegar a ser tu refugio, tu amiga, tu miedo, el lugar a donde huyes de la realidad, el lugar a donde huyes de ti, el lugar donde te encuentras a ti mismo, el lugar donde te pierdes. En lo personal me gusta creer que, para mi, es un poco de todas las anteriores.
Perdón por usar una foto de instragram con tanto filtro :B
Estoy ebrio.

Caminas solo por las calles de noche y recuerdas aquellos entre los últimos pensamiento del detective  Hector Belascoaran y entiendes que, sin importar donde estés, estos pedacitos de pitera realidad son
prestados. La ciudad que te acoge, que te protege. Estas calles son prestadas, tus pasos, la iluminación de las calles, esta maldita niebla etílica que dificulta leer tus propios pensamientos, los esporádicos transeúntes que, por razones desconocidas, te acompañan en tu andar nocturno. Todo es prestado, todo es tan tuyo como mañana será de la siguiente alma que se detenga en ese preciso cruce, que se encuentre reveladoramente intoxicada con alcohol.

No sé que estoy diciendo porque probablemente no estoy diciendo nada.

En los últimos días me había encontrado a mi mismo "bloqueado". A pesar de todos lo intentos fallidos de escribir, lo único que logre añadir a este blog son 7 borradores, cada uno con solo 3 o 4 lineas de texto. Es liberador que ya no te importe que escribir.

Este espacio, mio y de nadie más, mientras soy abrazado por la noche, es lo único que de verdad poseo. Estar solo, para quien lo sabe apreciar, es una de las más preciosas bendiciones que tiene la vida.

Te amo a ti y a todo lo difícil que llega a ser tratarte.

Amo a la noche y a su velo de anonimato y privacidad que nos presta sin miramientos.

Amo mi cama, mis muebles, a mis viejos juguetes y a la armónica manera que encontraron para que juntos representen mi definición de hogar y seguridad.

Me amo a mi, al alcohol, a todos mis vicios, mis errores, las personas que han entrado y salido de mi vida, al puto frió que te recuerda que sigues vivo (aunque el alcohol, de alguna manera que hasta el momento no termino de comprender, altera tu percepción de la realidad. Se siente como si fueras un espectador de una  vida que ya no es tuya), a  los tacos, a mi incapacidad de decir que no, a mis miedos. Amo esa sensación de vació infinita y permanente en el corazón de todos nosotros.

Amo que tenga la confianza de decirte todo esto que, al final del día, no significa nada.

2.5.14

Leyendo: ¿Donde esta mi mente?

IMPORTANTE: Esta publicación entra dentro de la categoría de "Leyendo", por lo que te recomiendo que antes de leerme a mi, leas a la persona que estoy recomendando en dicha sección. Puedes hacerlo dando click en la pestaña de arriba o aquí.

¿A donde nos llevan los errores que cometemos todos los días? ¿Hasta que punto uno tiene que hacer caso a la razón y hasta que punto vale la pena apostar a favor de los instintos? ¿Hasta que punto escoger una u otra nos convierte en necios, sabios, tontos, maduros, infantiles o irresponsables?

Pareciera exageración cuando alguien dice que desearía que existiera un manual para "vivir la vida", principalmente porque es hasta estas fechas, estas generaciones, en las que se oyen cosas así de personas, aparentemente, sin problemas reales o importantes. E oído a varias personas comentar cosas cómo: "muchachitos desubicados, tienen mucho tiempo libre y solo piensan en tonterías". Independientemente de si es cierto o no, hay algo que no se puede negar, hoy día vivimos en una civilización extremadamente demandante, llena de contradicciones. Cada vez es más el tiempo que hace falta dedicarle a una preparación profesional para tener oportunidades en el mercado laboral, y a su vez, va disminuyendo el límite de edad máxima que las empresas demandan para los nuevos ingresos. Se nos pide vivir deprisa para madurar rápido, pero necesitamos más tiempo para prepararnos, para jubilarnos, para descansar. Era obvio que en algún momento la identidad generacional iba a tener un desbalance.

Estudiar una carrera que no te gusta porque la escogiste a los 17 (cuando aún no sabías lo que querías de la vida), porque algún día vas a tener que mantenerte a ti y a una familia que aún ni siquiera sabes si quieres tener o no. Tomarte entre 20 y 26 años en total en prepararte todo para acabar trabajando como taxista, o en general, cualquier cosa en la que esos años de educación sean inútiles. Padres de edades tan tempranas como 14 años (no es cuento, conozco el caso) que aseguran estar más que preparados para ser adultos responsables de un(a) pequeño(a) cuando tú aún no estas seguro de estar listo para ser responsable de ti mismo. Todas estas cosas son cada vez más comunes en nuestros días.

Y es que las consecuencias de tomar decisiones equivocadas son, cada día, más crueles y desproporcionadas. Nos da miedo tomar nuestro tiempo para pensar las cosas, porque la vida se va cada vez más rápido, nos da miedo tomar decisiones porque  cada vez es más costoso equivocarse, nos da miedo porque cada vez es más difícil no cagarla.

Cuando uno ya no puede, su espíritu se rinde, su razón sabe que el tiempo sigue corriendo y que no espera por nadie pero eso importa poco, no se da ni un paso cuando no hay motivación, cuando no hay esperanza. Y tener a ambas, razón y espíritu, divididas mata, mata el alma de un hombre, lo convierte en un fiambre, en un cascaron vació que, aunque quizá funcional, ya no se puede decir que sigue vivo.

9.4.14

Manual básico del joven suicida. Primera parte: Motivación.

En pleno año 2014, en la era de la información y frente a la gran depresión social y cultural que enfrenta la generación millenials (por lo menos aquí en México, o mejor dicho, por lo menos hasta donde me llega la vista) no podemos permitirnos ser tan vanos y tan superfluos cómo para suicidarnos
por uno de esos motivos tan populares como: "Mi novia me dejo", "Mi [pariente/amigo/pareja] se murió", "No pase el examen de admisión de la [Nombre de Universidad]". No, debemos tener más respeto por nosotros mismos y debemos escoger razones un poco mas complejas y, a falta de una mejor palabra, mamonas para suicidarnos. Después de todo, y suponiendo que mis lectores tienen más de 20 años (preferentemente más de 25), como que ya estamos grandes para suicidarnos por mamadas ¿o no?.

En fin, si aún no haz encontrado una buena razón para suicidarte, permiteme facilitarte la tarea. Te presento aquí tres razones CONVINCENTES, INTELIGENTES, pero sobre todo INCUESTIONABLES para justificar tu suicidio.

1.-La vida no tiene significado.
Para este punto, espero (anhelo, deseo, necesito) que seas ateo. ¿Por qué? Porque va a ser más difícil (o fácil, dependiendo de que tan pendejo seas. Y no, ser pendejo tampoco es una buena razón para suicidarte) convencerte de suicidarte.
Muy bien, como ya mencione antes, partiendo del supuesto que tú, lector, eres ateo...
Para este momento probablemente ya llegaste a la inequívoca conclusión de que la vida (consciente e inconsciente) como tal carece de propósito o significado.
¿Por qué? ¿Para qué? ¿De quien fue la puta idea de que el planeta Tierra fuera habitable y en consecuencia de que terminara habitado por... cosas-animales-plantas-algo? Porque "YOLO", para "no'mas", de nadie; esas son tus respuestas, claro, nada satisfactorias pero reales.
Así es, por más que te esfuerces, por más que batalles, tus esfuerzos son fútiles. Finalmente, llegaste a este mundo para pasar por él sin pena ni gloria y luego irte como llegaste, completamente en el anonimato. Y si bien, para alguna personas esto es en realidad motivante (y lo entiendo perfectamente porque no hay mejor ambiente para la libertad absoluta, no confundir con el libertinaje, que el anonimato), lo que realidad quiero dar a entender es que la decisión de terminar con tu vida es igual de trascendente que terminar con tu novio/novia de la prepa, o #TeamEdward o #TeamJacob, o de que color te vas a vestir hoy. Tú no importas. Nadie importa. Finalmente, NADA importa.

2.-Tu vida no es en absoluto tuya.
Desde el sedentarismo, una de las cosas que más ha definido la calidad de vida de los humanos son las posesiones. Pero, en cuanto entra a escena la filosofía y todos estos estudiosos que se dedicaron a analizar la naturaleza filosófica de las posesiones del hombre, nos dimos cuenta que tal concepto es ridículo y arbitrario, nadie posee nada, pues no hay una sola cosa que no se pueda quitar. Y aquí es cuando tu argumentas: "no, mi libertad es mía, mi vida es mía porque aunque me pueden esclavizar o me puedan amenazar de muerte, siempre puedo decir que no, siempre puedo decidir y siempre puedo decidir que hacer con mi vida" ¿Eso ibas a decir, no? Seguramente era algo parecido. Pero no.
Por donde lo mires, tanto tus decisiones como tu vida misma no te pertenecen. Cual filosofía marxista, tu vida le pertenece al colectivo ¿no me crees? Se honesto contigo mismo y piensa: "¿por qué no huyo de aquí? ¿por qué no me escapo para buscar mi felicidad donde sea que esta esté? Aquí, ahora ¿por qué no?" Seguramente vas a dar mil razones, y una de ellas (tal vez mas) involucran a tus seres queridos. "No le podría hacer eso a mi mamá", "no le podría hacer eso a mi hermana/hermano", "no le podría hacer eso a mi mejor amigo/amiga", "no le podría hacer eso a mi pareja", yo sé que por lo menos una de esas te paso por la mente. ¿Ves? Ni tu vida es tuya.
¿Qué clase de porquería de mundo es este en el que un hombre no puede ni jactarse de poseer ni su propia vida? ¿Quién querría vivir en un mundo así?

3.-Somos hambrientos e insaciables por naturaleza*
Lamenteblemente fuimos educados, desde infantes, para alcanzar el éxito y hasta ahí todo va bien. El problema empieza cuando no se nos enseña que es este famoso éxito, con la esperanza de que descubramos por nosotros mismo nuestra propia definición y así dedicar nuestra vida a esta búsqueda. Luego llega la madre y mentora más grande del mundo capitalizado, la televisión, o mejor dicho, la mercadotecnia ha redefinir este concepto tan importante.
Así es, sin importar que tan único o hipster te sientas, que tan "fuera del sistema" te consideres, gran parte de quien eres se determino por la televisión o cualquier medio de comunicación masiva en la que la mercadotecnia haya metido las manos. Pero... ¿Qué quiere la mercadotecnia? ¿Un mejor mundo? ¿Un mundo en el que todos seamos felices? No. La mercadotecnia quiere vender y no hay mejores compradores que los infelices e insatisfechos. Se nos enseño que el éxito es directamente proporcional al dinero y/o una de sus múltiples presentaciones: Los niños quieren juguetes ¿Cuántos? Todos los que sean posibles. Los jóvenes quieren tener sexo y para eso necesitan impresionar, verse bien, oler bien, ligar bien, "estar en la onda" (comprar cosas, ropa, perfumes, bebidas, regalos, gadgets, etc). Los adultos quieren dinero, buenos ingresos, autos, cenas caras y demás. Se nos presentaron estándares de éxito inalcanzables. Muy en el fondo todos queremos ser rockstars, o titanes empresariales o alguna de las varias formas de éxito en las que el dinero juega un papel de suma importancia, pero la tremenda mayoría de nosotros sencillamente no puede llegar a ser así. Repito, se nos inculcaron metas inalcanzables, se nos preparó para idealizar una felicidad ridiculamente imposible.
Fuiste educado para querer siempre más. Fuiste educado para ser infeliz.

Finalmente, como conclusión, la naturaleza misma de la condición humana es sumamente depresiva. Si le prestas la suficiente atención al mundo que te rodea y le das suficiente tiempo para analizarla a detalle te darás cuenta de que el suicidio no es, en absoluto, una decisión reprochable, por el contrario, es un la única decisión inteligente.