13.7.14

Estoy ebrio.

La noche, dependiendo de que tipo de persona eres, puede llegar a ser tu refugio, tu amiga, tu miedo, el lugar a donde huyes de la realidad, el lugar a donde huyes de ti, el lugar donde te encuentras a ti mismo, el lugar donde te pierdes. En lo personal me gusta creer que, para mi, es un poco de todas las anteriores.
Perdón por usar una foto de instragram con tanto filtro :B
Estoy ebrio.

Caminas solo por las calles de noche y recuerdas aquellos entre los últimos pensamiento del detective  Hector Belascoaran y entiendes que, sin importar donde estés, estos pedacitos de pitera realidad son
prestados. La ciudad que te acoge, que te protege. Estas calles son prestadas, tus pasos, la iluminación de las calles, esta maldita niebla etílica que dificulta leer tus propios pensamientos, los esporádicos transeúntes que, por razones desconocidas, te acompañan en tu andar nocturno. Todo es prestado, todo es tan tuyo como mañana será de la siguiente alma que se detenga en ese preciso cruce, que se encuentre reveladoramente intoxicada con alcohol.

No sé que estoy diciendo porque probablemente no estoy diciendo nada.

En los últimos días me había encontrado a mi mismo "bloqueado". A pesar de todos lo intentos fallidos de escribir, lo único que logre añadir a este blog son 7 borradores, cada uno con solo 3 o 4 lineas de texto. Es liberador que ya no te importe que escribir.

Este espacio, mio y de nadie más, mientras soy abrazado por la noche, es lo único que de verdad poseo. Estar solo, para quien lo sabe apreciar, es una de las más preciosas bendiciones que tiene la vida.

Te amo a ti y a todo lo difícil que llega a ser tratarte.

Amo a la noche y a su velo de anonimato y privacidad que nos presta sin miramientos.

Amo mi cama, mis muebles, a mis viejos juguetes y a la armónica manera que encontraron para que juntos representen mi definición de hogar y seguridad.

Me amo a mi, al alcohol, a todos mis vicios, mis errores, las personas que han entrado y salido de mi vida, al puto frió que te recuerda que sigues vivo (aunque el alcohol, de alguna manera que hasta el momento no termino de comprender, altera tu percepción de la realidad. Se siente como si fueras un espectador de una  vida que ya no es tuya), a  los tacos, a mi incapacidad de decir que no, a mis miedos. Amo esa sensación de vació infinita y permanente en el corazón de todos nosotros.

Amo que tenga la confianza de decirte todo esto que, al final del día, no significa nada.

2.5.14

Leyendo: ¿Donde esta mi mente?

IMPORTANTE: Esta publicación entra dentro de la categoría de "Leyendo", por lo que te recomiendo que antes de leerme a mi, leas a la persona que estoy recomendando en dicha sección. Puedes hacerlo dando click en la pestaña de arriba o aquí.

¿A donde nos llevan los errores que cometemos todos los días? ¿Hasta que punto uno tiene que hacer caso a la razón y hasta que punto vale la pena apostar a favor de los instintos? ¿Hasta que punto escoger una u otra nos convierte en necios, sabios, tontos, maduros, infantiles o irresponsables?

Pareciera exageración cuando alguien dice que desearía que existiera un manual para "vivir la vida", principalmente porque es hasta estas fechas, estas generaciones, en las que se oyen cosas así de personas, aparentemente, sin problemas reales o importantes. E oído a varias personas comentar cosas cómo: "muchachitos desubicados, tienen mucho tiempo libre y solo piensan en tonterías". Independientemente de si es cierto o no, hay algo que no se puede negar, hoy día vivimos en una civilización extremadamente demandante, llena de contradicciones. Cada vez es más el tiempo que hace falta dedicarle a una preparación profesional para tener oportunidades en el mercado laboral, y a su vez, va disminuyendo el límite de edad máxima que las empresas demandan para los nuevos ingresos. Se nos pide vivir deprisa para madurar rápido, pero necesitamos más tiempo para prepararnos, para jubilarnos, para descansar. Era obvio que en algún momento la identidad generacional iba a tener un desbalance.

Estudiar una carrera que no te gusta porque la escogiste a los 17 (cuando aún no sabías lo que querías de la vida), porque algún día vas a tener que mantenerte a ti y a una familia que aún ni siquiera sabes si quieres tener o no. Tomarte entre 20 y 26 años en total en prepararte todo para acabar trabajando como taxista, o en general, cualquier cosa en la que esos años de educación sean inútiles. Padres de edades tan tempranas como 14 años (no es cuento, conozco el caso) que aseguran estar más que preparados para ser adultos responsables de un(a) pequeño(a) cuando tú aún no estas seguro de estar listo para ser responsable de ti mismo. Todas estas cosas son cada vez más comunes en nuestros días.

Y es que las consecuencias de tomar decisiones equivocadas son, cada día, más crueles y desproporcionadas. Nos da miedo tomar nuestro tiempo para pensar las cosas, porque la vida se va cada vez más rápido, nos da miedo tomar decisiones porque  cada vez es más costoso equivocarse, nos da miedo porque cada vez es más difícil no cagarla.

Cuando uno ya no puede, su espíritu se rinde, su razón sabe que el tiempo sigue corriendo y que no espera por nadie pero eso importa poco, no se da ni un paso cuando no hay motivación, cuando no hay esperanza. Y tener a ambas, razón y espíritu, divididas mata, mata el alma de un hombre, lo convierte en un fiambre, en un cascaron vació que, aunque quizá funcional, ya no se puede decir que sigue vivo.

9.4.14

Manual básico del joven suicida. Primera parte: Motivación.

En pleno año 2014, en la era de la información y frente a la gran depresión social y cultural que enfrenta la generación millenials (por lo menos aquí en México, o mejor dicho, por lo menos hasta donde me llega la vista) no podemos permitirnos ser tan vanos y tan superfluos cómo para suicidarnos
por uno de esos motivos tan populares como: "Mi novia me dejo", "Mi [pariente/amigo/pareja] se murió", "No pase el examen de admisión de la [Nombre de Universidad]". No, debemos tener más respeto por nosotros mismos y debemos escoger razones un poco mas complejas y, a falta de una mejor palabra, mamonas para suicidarnos. Después de todo, y suponiendo que mis lectores tienen más de 20 años (preferentemente más de 25), como que ya estamos grandes para suicidarnos por mamadas ¿o no?.

En fin, si aún no haz encontrado una buena razón para suicidarte, permiteme facilitarte la tarea. Te presento aquí tres razones CONVINCENTES, INTELIGENTES, pero sobre todo INCUESTIONABLES para justificar tu suicidio.

1.-La vida no tiene significado.
Para este punto, espero (anhelo, deseo, necesito) que seas ateo. ¿Por qué? Porque va a ser más difícil (o fácil, dependiendo de que tan pendejo seas. Y no, ser pendejo tampoco es una buena razón para suicidarte) convencerte de suicidarte.
Muy bien, como ya mencione antes, partiendo del supuesto que tú, lector, eres ateo...
Para este momento probablemente ya llegaste a la inequívoca conclusión de que la vida (consciente e inconsciente) como tal carece de propósito o significado.
¿Por qué? ¿Para qué? ¿De quien fue la puta idea de que el planeta Tierra fuera habitable y en consecuencia de que terminara habitado por... cosas-animales-plantas-algo? Porque "YOLO", para "no'mas", de nadie; esas son tus respuestas, claro, nada satisfactorias pero reales.
Así es, por más que te esfuerces, por más que batalles, tus esfuerzos son fútiles. Finalmente, llegaste a este mundo para pasar por él sin pena ni gloria y luego irte como llegaste, completamente en el anonimato. Y si bien, para alguna personas esto es en realidad motivante (y lo entiendo perfectamente porque no hay mejor ambiente para la libertad absoluta, no confundir con el libertinaje, que el anonimato), lo que realidad quiero dar a entender es que la decisión de terminar con tu vida es igual de trascendente que terminar con tu novio/novia de la prepa, o #TeamEdward o #TeamJacob, o de que color te vas a vestir hoy. Tú no importas. Nadie importa. Finalmente, NADA importa.

2.-Tu vida no es en absoluto tuya.
Desde el sedentarismo, una de las cosas que más ha definido la calidad de vida de los humanos son las posesiones. Pero, en cuanto entra a escena la filosofía y todos estos estudiosos que se dedicaron a analizar la naturaleza filosófica de las posesiones del hombre, nos dimos cuenta que tal concepto es ridículo y arbitrario, nadie posee nada, pues no hay una sola cosa que no se pueda quitar. Y aquí es cuando tu argumentas: "no, mi libertad es mía, mi vida es mía porque aunque me pueden esclavizar o me puedan amenazar de muerte, siempre puedo decir que no, siempre puedo decidir y siempre puedo decidir que hacer con mi vida" ¿Eso ibas a decir, no? Seguramente era algo parecido. Pero no.
Por donde lo mires, tanto tus decisiones como tu vida misma no te pertenecen. Cual filosofía marxista, tu vida le pertenece al colectivo ¿no me crees? Se honesto contigo mismo y piensa: "¿por qué no huyo de aquí? ¿por qué no me escapo para buscar mi felicidad donde sea que esta esté? Aquí, ahora ¿por qué no?" Seguramente vas a dar mil razones, y una de ellas (tal vez mas) involucran a tus seres queridos. "No le podría hacer eso a mi mamá", "no le podría hacer eso a mi hermana/hermano", "no le podría hacer eso a mi mejor amigo/amiga", "no le podría hacer eso a mi pareja", yo sé que por lo menos una de esas te paso por la mente. ¿Ves? Ni tu vida es tuya.
¿Qué clase de porquería de mundo es este en el que un hombre no puede ni jactarse de poseer ni su propia vida? ¿Quién querría vivir en un mundo así?

3.-Somos hambrientos e insaciables por naturaleza*
Lamenteblemente fuimos educados, desde infantes, para alcanzar el éxito y hasta ahí todo va bien. El problema empieza cuando no se nos enseña que es este famoso éxito, con la esperanza de que descubramos por nosotros mismo nuestra propia definición y así dedicar nuestra vida a esta búsqueda. Luego llega la madre y mentora más grande del mundo capitalizado, la televisión, o mejor dicho, la mercadotecnia ha redefinir este concepto tan importante.
Así es, sin importar que tan único o hipster te sientas, que tan "fuera del sistema" te consideres, gran parte de quien eres se determino por la televisión o cualquier medio de comunicación masiva en la que la mercadotecnia haya metido las manos. Pero... ¿Qué quiere la mercadotecnia? ¿Un mejor mundo? ¿Un mundo en el que todos seamos felices? No. La mercadotecnia quiere vender y no hay mejores compradores que los infelices e insatisfechos. Se nos enseño que el éxito es directamente proporcional al dinero y/o una de sus múltiples presentaciones: Los niños quieren juguetes ¿Cuántos? Todos los que sean posibles. Los jóvenes quieren tener sexo y para eso necesitan impresionar, verse bien, oler bien, ligar bien, "estar en la onda" (comprar cosas, ropa, perfumes, bebidas, regalos, gadgets, etc). Los adultos quieren dinero, buenos ingresos, autos, cenas caras y demás. Se nos presentaron estándares de éxito inalcanzables. Muy en el fondo todos queremos ser rockstars, o titanes empresariales o alguna de las varias formas de éxito en las que el dinero juega un papel de suma importancia, pero la tremenda mayoría de nosotros sencillamente no puede llegar a ser así. Repito, se nos inculcaron metas inalcanzables, se nos preparó para idealizar una felicidad ridiculamente imposible.
Fuiste educado para querer siempre más. Fuiste educado para ser infeliz.

Finalmente, como conclusión, la naturaleza misma de la condición humana es sumamente depresiva. Si le prestas la suficiente atención al mundo que te rodea y le das suficiente tiempo para analizarla a detalle te darás cuenta de que el suicidio no es, en absoluto, una decisión reprochable, por el contrario, es un la única decisión inteligente.


12.3.14

Just One Bad Day

So... I see you received the free ticket I sent you. I'm glad. I did so want you to be here. You see it doesn't matter if you catch me and send me back to the asylum... Gordon's been driven mad. I've proved my point. I've demonstrated there's no difference between me and everyone else! All it takes is one bad day to reduce the sanest man alive to lunacy. That's how far the world is from where I am. Just one bad day. You had a bad day once, am I right? I know I am. I can tell. You had a bad day and everything changed. Why else would you dress up as a flying rat? You had a bad day, and it drove you as crazy as everybody else... Only you won't admit it! You have to keep pretending that life makes sense, that there's some point to all this struggling! God you make me want to puke. I mean, what is it with you? What made you what you are? Girlfriend killed by the mob, maybe? Brother carved up by some mugger? Something like that, I bet. Something like that... Something like that happened to me, you know. I... I'm not exactly sure what it was. Sometimes I remember it one way, sometimes another... If I'm going to have a past, I prefer it to be multiple choice! Ha ha ha! But my point is... My point is, I went crazy. When I saw what a black, awful joke the world was, I went crazy as a coot! I admit it! Why can't you? I mean, you're not unintelligent! You must see the reality of the situation. Do you know how many times we've come close to world war three over a flock of geese on a computer screen? Do you know what triggered the last world war? An argument over how many telegraph poles Germany owed its war debt creditors! Telegraph poles! Ha ha ha ha HA! It's all a joke! Everything anybody ever valued or struggled for... it's all a monstrous, demented gag! So why can't you see the funny side? Why aren't you laughing?

Y lo peor que me paso hoy fue solo haber perdido el sueño.

¿Acaso no es suficiente la lucha interna que hay que ganar, TODOS LOS MALDITOS DÍAS, solo para poder salir de la cama? Uno logra vencer a sus demonios internos, a las ganas de quedarse en la cama, los terribles deseos de fingir que el mundo ha dejado de existir, esa imperativa necesidad de gritar hasta que los pulmones duelan.
¿Y todo para qué? Allá afuera todo es básicamente lo mismo. Errores, miedos, traumas, odio. Un buen día te levantas y hasta tu mejor amigo se ha convertido en tu enemigo. Si no es tu propia rabia es la de él, pero siempre, PUTAS SIEMPRE, son necesarios los golpes. Los golpes son necesarios.
Vivir con sueño es quizá una de las cosas más aterradoras que le pueden pasar a alguien. Con la suficiente falta de sueño y una mente lo suficientemente podrida, uno puede re entender por completo el significado de "yo soy mi propio peor enemigo". La mente empieza a perder la capacidad de distinguir cuanto de lo que percibe esta fuera y cuanto esta, en realidad, dentro de si misma. La falta de energía te ata al suelo y la prisión de sinapsis nerviosas te tortura. Solo hace falta un pequeño momento de tranquilidad para subir a ver cuanta basura habías estado guardando en el ático, cuantos monstruos se escoden en tu armario.
Finalmente, la jornada había acabado, sobreviviste. Y hasta este punto no sientes nada en especial, no es la primera vez que lo experimentas, no es la primera vez que sufres de un insomnio casi irreal, de película, y te rindes, te entregas al descanso que tu cuerpo lleva suplicando por horas. Encuentras paz. Encuentras tranquilidad. Te unes con el olvido y pierdes toda conciencia acerca de...
¡Pero eres interrumpido! De manera brusca eras traído de vuelta a esta realidad, las señales que tus sentidos perciben llegan confusas a tu cerebro. El cerebro duele, se queja, se retrae y contrae constantemente haciéndote ver lo molesto, pero sobre todo confundido (sobre-estimulado) que está.
¿Qué paso? ¿Por qué? Ella sabe que tengo problemas para dormir. No quiero volver a vivir este día mañana, no quiero. ¡Tengo miedo, mierda!
Ahora estas en la calle, ibas con alguien pero ya estas solo. Sabes a donde ir, sabes cómo llegar, así que simplemente empiezas a caminar. Tu cuerpo, habiendo estado tan preparado para apagarse, tarda en reiniciar todas sus funciones, empiezas a sentir el frió, empiezas a recordar y finalmente empieza a invadirte la ira. Una tremenda cólera incontenible invade cada diminuta célula en tu piel, en tu estomago, en tus músculos. De alguna manera milagrosa logras encausarla. Camina rápido, cabeza baja, paso firme. 
Por más que te esfuerzas, no logras contenerlo, solo encausarlo. Hay bajas. Abres los ojos de nuevo en tu habitación con trastes rotos, vidrios de botella y latas de refresco y desodorante esparcidos por el suelo.
Fue solo un mal día.
"Fue solo un mal día" te repites a ti mismo. "Todos los tenemos", "Hay que aprender a sobrevivirlos".
Fue solo un mal día.